Chiquilín de cuatro patas , peluda compañera
húmedo hocico que me espera,
erguidas las orejas, la mirada atenta,
y tu cola girando de contenta.
Mendiga de caricias, reclamas mi atención
lamiendo mi mano cruel, injusta, avara,
que por nada alguna vez te castigara,
Hoy te imploro tu indulgencia y tu perdón.
Ya nunca entenderé a los hombres cultos
cuando a veces dicen Perro por insulto.
Ya quisiera que me llamen animal
cuando el crimen y venganza es “racional”.
Nina : Quizá haya sido yo tu pensamiento
en el preciso instante de tu muerte
creyéndome quizá mejor persona
de la que nunca podré ser seguramente.
Nunca te olvidaremos Nini.
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