El ascenso del 72 y el nacimiento de mi primera hija habían sido hasta hoy los dos días mas felices de mi vida. Hasta ayer Domingo cuando mi segunda hija vino a Capilla a visitarnos después de 2 años sin vernos. Y fue ese el motivo por el que no viajé a Rosario.
Este fin de semana largo Capilla del Monte recibía a miles de turistas provenientes de distintos puntos del país. Sobre todo de Rosario…
Almorzamos, tragamos mas que comimos, y nos fuimos todos a la Confitería City ( 2 pantallas gigantes) de la calle techada, punto obligado en Capilla del Monte para ver cualquier partido. Claro que éste no era cualquier partido.
No me importó que esté llena de gente, muchos vistiendo camisetas de Rosario Central, pero debió preocuparme que muy pocos fueran vecinos, sabedores de mi condición Alba.
Sólo por cábala no llevé camiseta, gorro ni trapo alguno que me identifique.
Nos instalamos en una mesa con la flaca y las pibas y a los 7 minutos , después de gritar el gol, caí en la cuenta que lo mío era temerario si no suicida.
Pero…qué me iba a importar si desde que vivo acá siempre te seguí solo All Boys? Solo en Talleres, en Belgrano, atragantado de aplausos y goles propios y ajenos, solo viajaba a Buenos Aires donde nunca llegué a aquel partido festejo con Tristán Suárez…
A partir del gol de Campodónico ya no podía mas. La vista clavada en la pantalla, abrazado a mi hija y el inconciente de mi yerno gritando los goles.
Me fui afuera en el entretiempo, explicándole a los Centralistas que salían a fumar que no era de Newell´s, que lo lamentaba por ellos, pero cuando grito el tercero ya varios no lo soportaron y me querían asesinar. “Andate pelado que te vamo´ a matar” -Andate vos idiota, si no te la aguantás… ya parado y haciéndome el barra, hasta que varios se dieron cuenta que 200 a 1 no era parejo, y mis conocidos intentaban convencer a los violentos de que yo no era “pecho frío” sino Albo desde la cuna como les repetía todo el tiempo. Que momento…Pobres…Hay que entenderlos también.
Hay que decir que después todos se disculparon conmigo. Por las dudas, me terminé el cuarto fernet y por respeto, compasión o prudencia nos fuimos 5 minutos antes del final. A buscar cuanto trapo camiseta paraguas gorro hubiera en casa y luego a hacer por todo el pueblo nuestra propia caravana de la victoria. Al paso de mi Kangoo, al compás de rítmicos bocinazos, del agitar de trapo y paraguas, Capilla del Monte futbolera nos aplaudía con respeto y admiración. Gracias All Boys.
